"Ser creativos quiere decir no ser prisioneros del tiempo de otros. No tener ni límites ni confines, hasta dar con la idea perfecta que te recompensa por todo ese tiempo que ya no está... Pero en realidad sigue existiendo todavía, solo que bajo otras formas."


"La creación nace de un rayo, de un error respecto al curso habitual de las cosas. No hacemos nada bien hasta que dejamos de pensar en el modo de hacerlo"



sábado, 3 de septiembre de 2011

No poder ser libre


- Me despierto cada mañana, esforzándome por fingir que todo está bien, cuando en realidad el mundo se desmorona a mí alrededor. No hago más que viajar a la deriva por un mar en calma, demasiado en calma, que presagia la tormenta que se avecina. 
Lo que más ansío es poder escapar de este mundo que me acorrala y me impide salir, librarme de estas cadenas que me mantienen aquí, presa... Que me impiden abrir las alas para echar a volar. Pero por más que lo intento no encuentro una salida.
¿Qué hacer cuando parece que no hay nada que pueda ir mejor, cuando la realidad se torna oscura?
La verdad es que pensamos que fingiendo conseguiremos ser mejores, hacer que todo vaya bien, a pesar de que sabemos que estamos engañando al mundo… Lo más importante es que nos engañamos a nosotros mismos.
Venimos al mundo de una manera extraña y difícil. Comenzamos siendo tan pequeños, tan vulnerables, tan frágiles, tan… Un soplo de aire sería más que suficiente para herirnos, para hacernos enfermar. Una vida finita, con el único resultado de… ¿De qué? De nada, de una muerte segura, tal vez dolorosa… Tal vez indolora. No hay recompensa al final del camino. Se trata de una lucha constante, llena de fracasos y malos momentos…
Me gustaría cambiar todo eso. Cambiar mi vida, hacerla mejor. Hacer que haya menos sufrimiento… Pero no puedo. ¿Cómo voy a cambiar algo que no está en mis manos?
Me preguntaste si creía en Dios y no, no creo. Pero en esos momentos de verdadera oscuridad, simplemente tengo la esperanza de que  Él me escucha, de que se apiada de mí y trata de hacerme ver que la vida es  mucho más que una lucha constante llena de sufrimiento, que  hay algo por lo que vale realmente la pena luchar. Solo entonces es cuando realmente creo que Él está ahí.



La tristeza que invadía sus palabras lo descolocaron completamente. Jamás había conocido a nadie con una visión de la vida tan pesimista. Sin embargo, algún resorte en el interior de su cerebro comprendió, por primera vez, como era realmente la vida.
Sintió ganas de abrazarla y reconfortarla, poder replicarle algo, cualquier cosa, como siempre solía hacer pero no podía. Él sabía que en el fondo ella tenía razón, que la vida era injusta, y no había forma  de cambiarla. 
La conocía desde hacía mucho, su amistad había sido una amistad en buena medida basada en engaños. Nunca antes habían tenido una conversación como aquella, nunca habían reflexionado sobre lo que pasaba en sus vidas de esa manera
 Hasta entonces, todo se había basado en engañarse mutuamente. Porque lo que realmente sentían el uno por el otro era lago prohibido. Para el mundo aquello nunca estaría bien, por eso se todo se basaba en pequeñas mentiras. Cruzarse por el vecindario cada uno andando por aceras diferentes con personas diferentes que nunca les comprenderían realmente.
¿Cómo iban a estar juntos un musulmán y una cristiana? Eso estaba mal. Era vivir en pecado, acabar consumiéndose durante la eternidad en el fuego del Infierno.
Por eso mentían, fingían que no se conocían que no había nada entre ellos. Pero él sabía que no había ni una sola persona le entendía en ese mundo en el que vivía, rodeado por  una madre y hermanas esclavizadas bajo el poder de los hombres de la familia, donde él tenía un futuro determinado desde el momento en que llegó al mundo en un papel firmado por el puño y letra de su padre. Y sabía también que a ella tampoco la entendían.
Ella que vivía en un mundo rodeado  por personas que creían en un Dios que para ellos era bueno, mientras que ella solo veía maldad en una tierra que había sido olvidada por aquel ser divino en el que todos creían. Ella que al igual que él vivía en un mundo donde no podía alzar la voz para ser escuchado, porque por mucho que gritase su voz era apagada por las demás voces.
Los distanciaban barreras infranqueables y los unía el deseo insaciable de huir de aquellas gentes que no los comprendían. Ya habían tomado una decisión, no importaría lo que el resto pensasen, ni el castigo que podrían recibir porque ellos iban a estar juntos costase lo que costase.



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