Las notas musicales se fundían con el viento perdiéndose en la lejanía.
Ella
escuchaba atenta, apoyada sobre el árbol.
Él cantaba mientras tocaba la
guitarra a su vera.
El sol se despedía. La luna saludaba.
Ella abrió los ojos,
y sin poder evitarlo, buscó sus labios en la noche.
Quizá nunca fui fan de La Sirenita. El texto, sin embargo, me pareció sumamente bonito :)
ResponderEliminarMuchos besos.
La verdad es que cuando escribí el texto, no pensaba en La sirenita, pero cuando vi el dibujo, supe que era la imagen que tenía que acompañar estas breves líneas. Gracias por tus palabras :)
Eliminar