Hay ocasiones en las que a una persona se le pasan locuras por la cabeza. A todos nos ha pasado alguna vez. Pero ¿qué pasa cuando se trata de algo que jamás se te habría pasado por la cabeza ni en tus más remotos sueños? A veces pasa, que todo sucede muy rápido y el destino te depara sorpresas increibles. En esos momentos hay que saber aprovechar la ocasión.
Pero es que eso no es lo peor. Lo peor es que se trate de esa persona con la que jamás habías hablado mucho, pero que te cae bien, que es alguien gracioso, que de vez en cuando mete la pata... Sí. A veces ocurren cosas así, no te las puedes creer y todos te dicen: "no con él no" Y entonces les respondes: "a las personas hay que medirlas por sus cualidades, no por su físico"
Cuando ocurren cosas como esas solo puedes dar media vuelta y preguntarte a ti misma "y ¿por qué no? Si surge, surgió". Te dejas llevar. Te dejas arrastrar por esa corriente de agua que tal vez te lleve a algún lugar y tal vez no. Eso nunca se sabe hasta que pasa y si pasa, pasó.
Porque la vida te da sorpresas. La cuestión es si quieres aprovecharlas. Y no importa lo que digan los demás. Lo haces y no hay más de que hablar, solo hay que esperar que la otra persona también diga que sí.
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